2008-08-17

DESPUES DE 52 AÑOS VOLVEMOS A VERNOS

POR FIN NOS REUNIMOS LOS DE LA PROMOCIÓN DEL 55. ¡BENDITO SEA DIOS!
Será el 5 de septiembre en nuestro viejo seminario de Segovia, aquel caserón herreriano en el que enseñó Retórica Diego Laínez, el segundo prepósito después de Aguaviva.
En la noche del 9 de agosto, acababa de bisbisear Completas en honor del santo del día: el Santo Cura de Ars, patrono de los párrocos. Todo un síntoma. Siempre le tuve una gran devoción a este cura francés que, corto de luces, y al que siempre tumbaban en latin y estuvieron a punto de negarle las ordenes del presbiterato porque era un negado para el musa /musae pero a fuerza de tesón y con las ayudas y remaches de Sancti Spiritu llegó a dominar la lengua de la Iglesia con la elegancia de un Agustín, de un Cicerón.
Bueno no tanto; pero san Juan María Vianney -en su persona hablaba elocuente el poder de la gracia- le hizo un corte de manga a Voltaire y fue uno de los héroes de la Iglesia que más pelearon contra el diablo, viviendo una época terrible para la iglesia francesa como fueran los días antecedentes a Termidor y al terror de los enciclopédicos muy liberales, equitativos y fraternos pero que acabaron cortando cabezas.
¿No me digan que tales membranzas nos llevan al hic et nunc actual? Cada día tiene su afán y cada tiempo de la iglesia su santo. Pero hay que dar la cara. Y él presentó cara y batalla contra Satanás con el que sostuvo una lucha atroz; fue uno de esos santos valederos para mí al que profeso gran devoción casi desde niño. Por desgracia no todos podemos ser el Cura de Ars.
Entonces sonó el móvil y al otro lado del espacio estaba Ángel San Vicente, el que saltó tan alto "que llegó a cura" (era el cabo gastador del curso) y hoy cura almas de Basardilla y de no sé cuantos pueblos más de nuestra querida diócesis de Segovia, la sede de san Geroteo, si no la más antigua de España al menos una de las que siempre conservó una recia personalidad. Era una voz que no escuchaba yo en medio siglo o más, la del querido compañero, el pipi alto, buen defensa en el equipo y que no ganaba su padre para sotanas, pues cada semestre crecía un palmo, y sostenía aquel tono firme y joven de misacantano cuando arrecharon bandera blanca en la torre de su pueblo, allá en Valverde de Majano hace ya la tira de años.
Pues "business as usual" y "decíamos ayer. Más de medio siglo ha transcurrido pero en las mismas estamos creo que entonces, cada uno portando su cruz, dueño de sus esperanzas, alegrías, desesperos y fracasos. Seguimos en las mismas, algo más viejos y vencidos por la edad. Veteranos pero no anquilosados ni caducos (¡qué más quisieran nuestros enemigos y los que nos persiguen!) y hombres de hoy San Pablo decía: os derriban y no podrán remataros. Por más que la ley de las horas inexorables haya pintado de nieve nuestras colodras, los que todavía conserven el pelo, que algunos estarán calvísimos.
Pues fue todo un síntoma lo de la fiesta del Santo Cura de Ars y el libro que tenía yo entre manos que era la Epístola Ad Romanos donde se descubre a los enemigos de siempre que ponen chirlas en el zapato de los pobres apóstoles y chinas en las cáligas de los venerables obispos. Son siempre los mismos: la misma rebeldía, esa protervia, ese odio contumaz a la cruz. Idénticos argumentos. No cambian el chip. Sin embargo, no dicen una verdad y, carentes de escrúpulos o de entrañas, hacen pasar por verdadero lo falso.
La paz significa guerra en su lenguaje; pacto, rendición; laicismo, anticristianismo o ateísmo; Violencia de género -y esta es una sociedad violenta- destrucción de la autoridad paterna, patente de corso para el libertinaje y el adulterio, y emasculación del macho al que las feministas quieren transformar en hombre objeto, en papel decorativo de zángano de colmena; inmigración quiere decir invasión. Hablan de solidaridad a todas horas pero ninguno cree en la Caridad cristiana. Y ubi Charitas et amor Deus ibi est, nos recordaba el papa meses atrás en una encíclica, glosando al augusto Agustin. Como han puesto todo del revés y adoran la cruz inversa, todo es posible, todo les está permitido pues su poder carece de límites. Cuentan con el ejecutivo, el legislativo, el judicial, y la massmedia. Ahora tratan de someter a la SRI bajo su férula y esto es lo que más me encorajina a mí.
Así ya se puede, abusones, los ministerios de la Verdad están en vuestras manos.
San Pablo, duro con ellos, se las tuvo tiesas con esa estirpe de adoradores de Belial, y por eso lo degollaron. Pero en fin él fue alférez de nuestra lucha. Y todavía algunos, en medio de nuestras dudas, vacilaciones y humanas miserias, militamos bajo sus banderas.
Alguno tiene que volver a cantarles las cuarenta. Alguno ha de colocarle el cascabel al gato. Al calducho. Al calducho. Ex ore infantium et lactantium y, si no habláis vosotros, serán las piedras las que tengan que contar el caso.
Te entiendo, Remondo, ya sabes, el chiste que nos contaba don Valeriano en tercero de latín de aquel que cruzó una apuesta con uno. A que le digo al alcalde lo que es en sus propios morros. ¡A que sí! ¡ A que no! Ya veremos.
Fueron entonces convidados a una matanza. En la mesa se sentaba el alcalde cacique y tiránico de aquella localidad. Sirvieron el primer plato. Y el buen munícipe algo tirano tuvo ración doblada de "entre claveles y rosas su majestad es coja". El que estaba en la matanza muy bien pudiera haber sido George Bush y su cohorte patibularia de Warmongers agitadores profesionales y profesionales del agit prop que pasan por ser honestos, gente decente y de confianza en apariencia de un probidad. Por dentro son malvados. Aquellos sepulcros blanqueados a los que se refiere Nuestro Señor.
Y ante la carestía de sacerdotes y la penuria de apóstoles ¿por qué no se hace uso de nuestros servicios en lo doctrinal o en lo pastoral a los que iniciamos la carrera y llevados por el ventalle del cambio que sopló sobre nuestra sociedad y la propia iglesia aportando muchas cosas buenas pero llevandose otras en lo atañedero a la fe y a la defensa de los valores cristianos, y que eran medulares a la esencia de nuestra religión [no me refiero a cambios accidentales a los que se daba tanta importancia] que han vaciado algunos aspectos del contenido de la fe, hoy sólo son reminiscencia, no fuimos capaces de culminar la carrera? Si nos llamarán yo gritaría inmediatamente: Adsum. ¡Presente!
Aportaríamos veteranía, un cierto conocimiento de los hombres y el amor imperecedero a la Iglesia por cuya libertad y exaltación oramos. Supongo que mi pregunta propuesta sonará a herejía en muchos oídos o inspirará la sonrisa de compasión que se dispensa a los ilusos y a los que a los ojos del mundo parece que no andan bien de la cabeza. Sin embargo, el pensamiento de Dios, y su lenguaje, va por sendas diferentes a las de los hombres. Toda nuestra esperanza está en Él.
Recuerdo a muchos obispos que andan también sumidos en la confusión de estos convulsos tiempos que la SRI hubo un tiempo en que era un poder independiente frente al poder civil e incluso plantaba cara a las tropelías y malfetrías de la jurisdicción. Añoro a aquellos Gelmírez, a aquellos Ximenez de Rada, caballeros con espuelas de oro que alternaban la mitra con el casco de acero pues vita militia est y eran capaces de defender a su grey incluso con la espada. Actualmente entre los creyentes crece una sensación de indefensión y de indiferencia. Parece que nos dicen: los cristianos a los leones. Habéis hecho las diez de últimas. Y sin embargo...
No he de callar por más que con el dedo, signando ya los labios ya la frente, silencio avises o menaces miedo, ¿No ha de haber un espíritu valiente? ¿Ha de sentirse lo que se dice, nunca decir lo que se siente(1)
Sus predios eran inviolables y la iglesia y los monasterios brindaban protección a los perseguidos. Acogerse a altana se llamaba esa figura y con esas intenciones yo diría que me gustaría refugiarme dentro del recinto sagrado de nuestro viejo seminario. Acaso esta ilusión no sea más que un sueño, un desiderátum quijotescos pero no sólo de pan vive el hombre. Y la fortuna ayuda a los audaces.
Hoy, en los días del pensamiento único y de las decisiones unilaterales aparentemente democrática pero fruto de la componenda y del trapicheo, cuando unos pocos deciden el futuro de unos muchos, hay mucho trágala. Vive mucha más gente perseguida, ninguneada y pisoteada en sus derechos de lo que parece. Nos sume la batahola del doble lenguaje que alimenta el monstruo de la confusión, la contumelia y la tristeza. El pensamiento plano reclama sumisiones al Nuevo Orden y al Doble Lenguaje que pronosticó George Orwell.
Cunde la apostasía y eso es aterrador. En sus orígenes la Barca del Pescador alzó proa contra las olas del pensamiento único, plasmado en el sincretismo pagano y la férula ideológica del Sanedrín. Quizás tengamos que volver a los orígenes, aunque sin obviar los dos mil años de nuestra tradición milenaria, el martirologio, la liturgia y el rito latino (soy partidario de la misa y las preces en ese idioma, según las recomendaciones de S. S. Benedicto XVI y del celibato ad libitum de los presbiteros, una norma que es contingente, procedente de un canon del Concilio de Toledo , no de un mandato de los apostoles, y que no fue firme hasta el siglo XIV, a instancia de los papas de Aviñón para la iglesia latina), y todo lo demás se nos dará por añadidura. Toda religión ha de ser mistérica y culto de adoración, como legataria de los viejos ritos órficos. A veces el lenguaje de Dios no tiene porque entenderse. Pero está ahí. Es palabra de vida.
La Bestia, con todo, es muy fuerte. Convendría rezar con más frecuencia al Arcángel San Miguel y que la oración del "Sub tuum praesidium" no se apee de nuestros labios. Tengo ganas de volver al seminario y cantarle salves al Virgen de los Tránsitos como lo hacíamos con tanto fervor e ilusión en aquellas sabatinas de Mayo.
Las verdades al lucero del alba. Aunque duelan. Retumbe sonora la voz de los diáconos. Ha habido una matanza en el Caúcaso y un tipo que debe de ser pariente de Stalin pues se llama Dzhigasvili o algo parecido ha organizado un holocausto en toda la regla y ha acusado a los rusos de la masacre cuando los autores de los bombardeos que asesinaron a victimas inocentes eran aviones norteamericanos. Vivimos en un mundo bronco donde nada es lo que aparece, donde se proclama la verdad útil. Un mundo plagado de trampas y de recursos torticeros.
Otra vez regresan las guerras de nuestros antepasados y nada menos que a una región tan peligrosa como es el Monte Ararat donde posó el Arca de Noé. Me perdería en consideraciones sobre arcas y alianzas pero preferí la noche pasada escuchar el responso doliente de un chantre ortodoxo que entona las preces desde un monasterio lejano en esta mañana de domingo a través de una radio lejana que las elaboradas explicaciones interesadas de los entendidos de la Sienén. Otra vez Rusia, la Rusia cristiana, fue agredida, y aquí se trata vender la idea de que fue la agresora. Nos rodean por todas partes los profetas falsos y los manipuladores de la verdad.
Porque son breves nuestros días y nuestro paso por la tierra como el humo. La voz de ese monje sigue resonando en las cavidades lo mismo que la de mi viejo compañero de curso que hoy me ha llamado. "Alcalducho". "Alcalducho". Bueno vayamos al caldo que luego vendrán las morcillas. Por fin nos reunimos. Loado sea Dios.
No estamos viejos. Solo de cuerpo. Pero nuestro amor a los hombres no menguó y seguimos tan ilusionados con el mundo, amando a los hombres como entonces. Claro que ya vamos de vencida. Pero la palabra y el amor el verdadero amor que conocimos en el viejo caserón alguna veces a palo pero ello no es óbice para que sigamos amando a la iglesia, aunque la critiquemos pues las cartas cantan y así lo dicen las epístolas de San Pablo. Una cosa es la cáscara, lo exterior, y lo que es accidente y otra la medula eterna de nuestra comunión con Cristo.
El día 5 de septiembre a la sombra del la aceitera estaremos dispuestos a entonar un Te Deum, con la secuencia del Veni Creator o el himno de San Frutos, si nos vaga. Acudid a la cita, hermanos. Hoy estoy lleno de ardores. Día de San Lorenzo diácono de Huesca. Ando en ascuas. Ya soy tostoncillo asado de un lado y pediré al pretor que me den la vuelta. No cabe el regreso al pasado. Esa es mi oferta. Y las condiciones para la vuelta al redil, consignadas arriba. Mi fe no es más que la fe de la Iglesia, aunque tal vez esté soñando con los ojos abiertos. ¿Un iluminado? Ese remoquete ya lo he escuchado unas cuantas veces. Pues bueno. Pax vobis, mis queridos pipis. Paz y Bien.
10 de agosto de 2008
1. Don Francisco de Quevedo