2008-10-23

WALL STREET. LPA PUERTA DE SARMENTAL DE BURGOS Y EL PANTÓCRATOR









FIESTA DEL PANTOCRATOR. UN CONSEJO A LOS ARRUINADOS POR LA CRISIS: QUE ALCEN LA VISTA A LA MANDORLA.
Antonio Parra-Galindo
Pánico en las bolsas. Bucean las cotizaciones. Le da un telele a un broker. Vaivén de alzas y bajas, euforias y lipotimias. Traigan el frasco de las sales, El euro hace submarinismo. Se devalúa la esterlina, se descuaderna el dólar, la valuta reina. Padre dólar que estás en los cielos…
Muchos nervios en el parqué donde los bolsistas a la mira de sus acciones alzan los ojos arriba para el panel donde el tablero electrónica relata las evoluciones de los valores marcando la evolutiva horas punta y horas valle. Pasan las de Caín.
¡Atiza!
La caída de Wall Street equivale un poco a la del imperio romano.. No entiendo esos dígitos pero alguno puede que esté tal vez a estas horas pensando en suicidarse. Pero no preocupéis por el qué comeréis y que beberéis. No se lo aconsejo y a estos potenciales suicidas de un Viernes Negro va dirigido este comentario. Siempre que llueve escampa digo yo.
No llevéis alforja ni cachava ni ato. Cristo divino nos puso en guardia sobre los desmanes de la avaricia que siempre rompe el saco. Haga juego, señores. Que no cunda el pánico.
Uno, viejo cronista. – en mis años de corresponsal en Londres no paré de escribir sobre la devaluación de la esterlina cuando Harold Wilson y Ted Heath bailaban minuetos en Downing Street y en los Comunes se desmelenaban los honorables tribunos de la plebe por mor de los quebrantos y penurias de la libra esrterlina, y en mis tiempos de Nueva York me puse las botas contándole a mis lectores españoles las desdichas del dólar [todos los días me gastaba una pasta de quiosco comprando los cinco tabloides que a la sazón se publicaban en la ciudad, sobre todo el Wall Street Journal para ver qué decían, luego hacía un circumrevolutum o digesto muy poco digestivo que ni yo lo entendía y lo largaba por el telex]. Panem et circenses. La actualidad es un circo.
¿Qué sería de nosotros, pobres periodistas, sin una mala crisis que llevarnos a las teclas de nuestra maquina de escribir, y sin hurgar en el divieso para que salte el pus. ¡Qué gusto! Yo sabía que en estos rasgamientos de vestiduras hay tongo.
El miedo es libre. Sentíamos pavor escénico. Sí; hay mucho teatro. Pues cuando se habla de economía, lo mismo que del hombre no cabe ser muy optimista: venimos todos a dar todos en lo mismo: el hospital, la bancarrota económica o en la quiebra del amor en la trena o en el palmo de tierra donde Queronte aguarda. La crónica de la vida del hombre es el relato del puro abandono y uno está curado de espanto. Y de algo hay que escribir.
En economía como en política el morbo vende. Un consejo a los inversores y los especuladores a vuelta con sus dividendos y corretajes. Aran en la mar. En vez de quedarse alelados contemplando las evoluciones del cartel electrónico lo que debieran hacer es entrar en cualquier iglesia o catedral y rezar. Incluso los más humildes templos católicos y nada se diga de los bizantinos tiene su estructura arquitectónica montada en torno a la cúpula o Sabaoth. Esa media bóveda de cañón que es copia del universo tal y conforme salió de las manos del Creador. Es el Pantocrátor.
En la mayor parte de ellas existe una cúpula y en lo alto de la cúpula extiende sus brazos el Pantocrátor. Cristo todo lo puede todo lo abarca el principio y el fin el alfa y la omega el pasado y el presente o el trayecto que nos quede a cada cual de vivir. Christus redemptor omnium. Salutis humanae sator. El plantador de la vid de la redención. Jesús voluptas cordium. Mis oídos tienden la antena maravillados hacia la voz de diacono que devana su melopea del Oficio del Redentor al que los eslavos llaman “Spasiteli” [1]a través de radio Blago.
Desde Ekaterimburgo donde al zar Nicolás dieron muerte hasta mí llega su plegaria. Desciende desde el Sabaoth del mundo hasta el techo mi pobre morada atravesando el éter y, milagro de la electrónica, los conglomerados alternativos de los bits y los bites llegan, el canto de alabanza a Cristo según el rito de san Basilio. Su voz, resonando en la ortofonía del firmamento, en el concento de las esferas, preside el sabaoth de los cielos del mundo la mandorla mística. Es el pantocrátor esa especie de mandorla o almendra, vagina desde la que irrumpe la vida, fuente de la fecundidad, llave de la existencia y que adorna los tímpanos de las catedrales románicas.
Porque Él es el núcleo de toda esperanza de todas las religiones y de todos los pueblos.
Jesu voluptas cordium. Orbis redempti conditor. Et casta lux amantium. Jesús voluptuosidad de los corazones. Fundador de la redención y de la esperanza para todos.. Luz casta de los amantes eres Dios mío sustento de toda clemencia.
Ut nostra ferres crimina mortem subires innocens, a morte nos ut tolleres. Te cogat indulgentia ut damna nostra sarcias, tuique vultus compotes dites beato lumine. Jesús tibi sit gloria qui natuis es de Virgine… etc.[2]
las alabanzas vienen en ruso y yo los traduzco al latín con la ayuda de mi viejo breviario. Es mi pensum, mi copo de lana, mi tarea diaria en la cual se esparce mi pensamiento, la parva espiritual de este día.
Jesús fue quien dijo no acumuléis tesoros en la tierra donde la tiña y la polilla hacen estragos. Que vuestro acervo y vuestra esperanza miran al cielo. More en lo alto. Es para donde deberían alzar los ojos los brokers, intermediarios de la fortuna y de la quiebra.
Magnifico consejo para los hombres en bancarrota. Miren para el Pantocrátor.
En el Evangelio está la verdad y la vida. Yo les aseguro que a los arruinados que si hacen esto no se tirarán por el balcón de un vigésimo piso. Cristo redime a todos.
También pagó con su sangre el rescate de los banqueros. El mejor alfaqueque de la historia. Él es la Historia misma. Sigue vivo.

23/10/2008
[1] Hoy 23 de octubre las iglesias de Oriente y Occidente celebran la fiesta del Redentor.
[2] Para librarnos de nuestros crimen es, siendo inocente, padeciste muerte que sólo se da criminales y con eso pagaste nuestro rescate librándonos de la muerte eterna. Te pedimos entrar en el patrimonio de tu clemencia para que repares nuestra ofensas y podamos admirar tu rostro lleno de luz de bienandanza por los siglos de lo siglo.