2017-06-29

UNA VISITA A LA CARTUJA. "HERMANO MORIR HEMOS". "HERMANO YA LO SABEMOS" SON HOMBRES FELICES Y GOZAN DE LARGA VIDA

































CARTUJA DE MIRAFLORES
 
Les diste, Señor, un vida penitente y suplicante.
Hábito blanco y rosario.
Y el manto de tu Madre virginal
Que a estos frailes acoge y protege
En las lauras de san Bruno
donde campea el silencio
Y la plegaria interior
Eremitas de la Señora
En cada celda un cenáculo
Cada aliento una avemaría
Que se eleva rotunda
Por las arquerías
Pénsil y claustro
Gran cogulla
De la fratría
Quietud impresionante
intramuros
A la puerta el bosque
Piedra gris
y una lápida que recuerda a Enrique II
Aquí vivieron generaciones de frailes
Muertos al mundo
Per solitudinem, visitationem et silentium
Escala viva de Jacob
para subir al cielo
Renuncia a las pompas locas
A los ciegos trajines
del mundo
todo lo encierra (menoscabo de la vanidad)
el cerquillo y la tonsura
de los monjes silenciosos
y por eso y mucho más

Cartussia non reformata

quia numquam defomata
teniendo por norma un precepto


sile et sale

El silencio es una canción

callen las lenguas
para escuchar los oídos la voz de Dios
asilo de pacíficos
y refugio de antiguos pecadores
Decepcionados de las glorias terrenales.
Nunca hubo reformas la Cartuja
Porque nunca relajó
Me apresto a recibir la pescozada
de la gracia
una noche de dolor en Burgos
que el vientre me dolía
y vine a ver los campeonatos
Puede mucho el cucho de la oración.
Ofréndate, Señor mi cruz y el martirio de mis dudas.
A media mañana salió un fraile calvo.
Le dije hermano morir hemos
Y él me contestó; hermano, ya los sabemos.
pasando a mi vera
Como la sombra blanca de la resurrección.
)Era un ángel?
Hago mi norma de vida el motto suyo:
siembra, transplanta, riega, aliña, cava
y en cada florecilla a Dios alaba.
Pasó el día de junio.
Pentecostés se acercaba
por esas fechas andan muy inquietos los diaños
luego las vísperas
y el oficio De Beata a la Virgen Aen recto tono@
un gregoriano medular el suyo
Lo culminó un diacono
Que prosternándose el suelo besaba
Los brazos en cruz
virginidad total
terminó la antífona  y la coral
rotunda voce
cruzó la bóveda un pájaro
y fue a posar en un facistol
No interrumpidnos el rezo, avecillas del Señor


Per intercessionem tuam Virgo Beata

da mihi virtutem contra hostes tuos.

Luego el prior dijo la misa

manteniendo durante el canon los brazos en alto

apagó las velas del altar un donado

y acabó el rezo a media voz

cantan bien los frailes Miraflores

se nota que no comen carne y eso afina las cuerdas vocales

y abrazaron la ley perfecta del silencio

 

Anima mea taceat.

Vida suplicante y vida penitente

Vive y muere por Dios.

Regalo de la escritura anónima

y entre ellos florecieron Dionisio el Cartujano

el Padre Molina y Arias Montano y Surio el doctor extático

autor del Año Cristiano

Los cartujos esperan poco de los recursos humanos

y todo lo fían de Dios viviendo para la eternidad.

Espiritu de san Bruno

Eco de letanías maravillosos y amenes rotundos.

Per intercessionem, silentium et visitationem

Cartussia permanet in vigore

Sedebit solitarius et tacebit.

Cella continuata dulcescit

La vida comprendí es ocio atareado

y aquella noche cabe sus muros

recibí los dones del Espiritu Santo

La verdadera vida empieza después de la muerte

por eso ellos murieron al mundo

el eco de sus salmodias penitenciales

Conmigo los llevo siempre.

 

MADRID CAPITAL DE LO EPICENO. UNA NUEVA RELIGION AL REVÉS. EL PADRE ANGEL OFICIA ESTA MISA NEGRA COMO MAESTRO DE CEREMONIAS

Ay Madrid que te quedas sin gente castillo famoso que al rey moro prendió un día hoy convertido en emporio de la mundial mariconería. Dicen que el que va no vuelve pero yo pienso que la alcaldesa Carmena no se ha cambiado de bragas desde que asumió el bastón de mando tratando de imitar pero al revés a la Reina Católica que no quiso cambiarse de camisa hasta ver flamear el pabellón cristiano en la Alhambra. Esta fulana mundialista haciendo caso omiso de sus orígenes de cuando era de la Sección Femenina no tiene la ropa interior nada limpia y se dedica a poner la cruz inversa sobre la gran vía. Ay Madrid que te quedas sin gente. Te quieren dar por donde amargan los pepinos pero no te dejes. Siempre habrá pervertidos sexuales porque ello va con la naturaleza humana pero convertir esta merma en una nueva religión flameante bajo el arco iris es una aberración mayúscula. Nada tengo contra los homosexuales, de hecho me eduqué en una iglesia española plagada de perversos y de maricones espirituales pero de ahí a que los canonicen no me parece de recibo. Quizá el catolicismo sea una religión de afeminados torturadores y de hipócritas que nada tienen que ver con Jesucristo ni con  TODO ESE BUENISMO inconsistente del papa Francisco que cada día se muestra como un traidor a nuestros principios. La sombra de don Opas el obispo libelático que abrió la puerta al islam en Guadalete flota sobre su persona. Penaremos como don Rodrigo en la horca por causa de este mal cura argentino. Cristo es la verdad el perdón y la vida y nada tiene que ver con estos ácratas que hacen el amor amargo y son amargos como los pepinos como ellos solos. Señra alcaldesa que se cambie las bragas, las lleva muy sucias y el olor llega hasta aquí

LA AMURAVELA DE CUDILLERO. LA VILLA MARINERA HONRA A SU GLORIOSO PATRÓN








LA AMURAVELA EN CUDILLERO

 

Mientras Cudillero viva y mane la fuenti el cantu baxará san Pedro a la ribera con todos los santos.  (Canto litúrgico del pueblo asturiano de Cudeiru) pero el discurso es largo para contar las novedades alternancias e intercadencias de todo un año desde el pasado san pedro al actual.

Yo como el arcipreste gusto de mujer chica, parva  ración y breve sermón, pero el sermón de este marinero encaramado en el puente de su barca proa al viento del futuro no se me hizo largo. Su discurso es mucho más alegre el que nos largan los políticos.

Oigo el “rapapolvo” de la amuravela recitado por un marinero (pañuelo de hierbas moni azul y chapela) en que se cantan con humor y alegría, sin la acrimonia odio y revanchismo, tan de nuestros días todo cuanto ha ocurrido en España y en esta villa.

Sólo ese pixueto desparpajo que he encontrado en algunas villas marineras de levante y sobre todo en el Cantábrico. Es suave lengua que recuerda las cantigas del romancero. El bable es léxico aldeano y marinero y entonación. Por eso no lo saben hablar ni los políticos ni los catedráticos. 

Los coruñeses lo llaman ferrete. Hay que amurar la vela esto es izar  bandera.

Cudillero es un lugar de fuerte tradición católica donde arraigó el cristianismo no exento de ciertas imbricaciones paganas que le vienen de la tradición celta.

El pixueto es uno de los dialectos más cantarines del bable astur que es un poco la madre del idioma castellano. Por aquí hay muchos rubios casi tanto como en Irlanda y a los caízos  (callealteros para diferenciarlos de los ribereños) les dicen descendientes de los vikingos.

En este nido de gaviota he venido a recalar y a dejar tal vez mis huesos Dios quiera que se demore esa hora. Escucho con devoción el sermón jocoso acompañado de mis nietas detrás de una fila de santos y de Laureanín el sacristán que porta la cruz alzada.

El predicador larga su espich subido al puente de la Barca de san Pedro que no es hoy ninguna barca sin pescador porque el anfiteatro anda este mediodía  petado de gente.

Yo recito el verso entrañable del querido Cefas que negó a Cristo por miedo a los judíos del litostrotos y luego lloró lagrimas amargas de arrepentimiento. Flevit amare.

Está sentado en la silla gestatoria dirigiendo una mirada de protección a los pixuetos con su tiara, su capa pluvial porque hoy llueve en Asturias, y sus cáligas o zapatillas  blancas que hay que ir a besar porque al papa se le besa el pie no la mano.

Algunos como el Cid campeador no lo hicieron. El orgullo castellano no se casa con nadie pero aquí son cantábricos menos adustos y un poco más condescendientes; no hay bodegas y hacen espichas, son muy cantarines y alegres como el colibrí y los malvices que se asoman por los tejados de las casas colgantes.

San Pedro baja al agua de la ribera con una reciella de bienaventurados a lavarse los pies. Glorioso patrón también de mi pueblo.

La iglesia de mi pueblo reconstruida en el siglo XVIII es hermana gemela de la de Cudillero. Fuentesoto y Cudeiru anduvieron misteriosamente enmarañados en mi vida. Mientras Cudillero viva y mane agua de la fuenti el Cantu bajará san Pedro a la ribera acompañado de todos sus santos.

Las brisas de la mar algo crespa se llevaron al cielo nuestras plegarias. En cuanto terminó el acto llovía a cantaros y así hasta otro año. Hoy es día de lo folixia sin embargo. Una fiesta entrañable para honrar a Cefas que quiere decir piedra esto es caput Ecclesiae el santo que porta las llaves del paraíso. Con san Pedro comenzó todo.

Ahora anda el rudo marinero galileo encargado de las puertas del cielo sobre las que no prevalecerán las del infierno. Él observa quien entra y quién sale. Dentro no son ni deben de estar los que están ni los que son.

 Por más que en Cudillero pueblo bonito donde los haya no tenga demasiadas cosas que ver. Hoy estaba la mar bella para honrar al patrón glorioso que lo protege. Y subo la varga hacia Oreanda mi aldea entonando aquel verso de los embarcados en las naos del Emperador:

Si la mar fuera de niche

Y las olas de canela

Yo me morirías entero

Por servir a mi bandera

 

2017-06-27

AY MI ALMA SE ESPONJA EN EL RECUERDO DE AQUELLOS SAN PEDROS

Ferias y fiestas de san pedro en Segovia del ayer





Ya vienen las ferias de Segovia y yo con estos pelos, entono uno de mis blues, aquellos romances que cantaba la nieta de doña Aniana la comadrona que me sacó del vientre de la Juani, guapa moza, animadora del mester de juglaría:


Ya se va san juan de junio con todas rosas y flores, ya llega santa Isabel que las trae a cual mejores, arrumbalas allá. Toma los higos verdes que pronto madurarán. La melodía guarda registros tristes como casi todos los cantos castellanos que se quejan un poco de la fugacidad de la vida siendo en sí tan vitalistas. Noche de san juan a coger el trébol. Los mozos colocaban el ramo en la ventana de sus amadas. Danzas en torno a la hoguera.


Yo pisé la brasa y salté la hoguera en san Pedro Manrique Soria el año 72 y no me quemé pues había bebido de lo lindo, tampoco me cogió el toro de calderas pero lo que recuerdo con mayor ahínco son las ferias de mi pueblo que daban inicio en la noche mágica más corta del año cuando veíamos el castillo de fuegos artificiales sentados sobre el pretil del puente Valdevilla la catedral toda iluminada y el cielo de la noche se llenaba de cometas y de estrellas filantes.


 Al día siguiente el pregón del alcalde y la llegada de los muleteros y tratantes al ferial de ganado que se congregaba en la dehesa del rey Enrique IV.


Era cosa de ver a las recuas enjaezadas y escuchar el relincho de los caballos el blusón de los tratantes que sellaban sus contratos con un “choca la pala, cristiano” y un chupito de aguardiente en la taberna de al lado.


Los chalanes se empleaban en peleas dialécticas con los gitanos que con frecuencia daban gato por liebre haciendo pasar por potro a un jumento entrado en años disimuladas con pez sus canas y sus muchas mataduras.


 Los regatones de Cantalejo que eran gente diserta en esto del trato siempre examinaban la dentadura y picaban en los ijares para conocer la edad del animal. La ciudad se llenaba de forasteros y gentes de los pueblos que se acercaban a la capital a ver los toros.


Mi abuelo para no pagar entrada el pobre me cogió en brazos y yo pesaba lo mío ya por aquel entonces, debí casi de derrengarlo pero recuerdo aquella corrida en la plaza de Segovia que debió de ser en la antigüedad circo romano. No pagaban niños y militares entrada a los espectáculos.


 Recuerdo bien aquella corrida a la que fui de gorra en los brazos de mi pobre abuelo que empezaban a barruntar las flaquezas de una enfermedad que le llevaría al sepulcro, y  en que lidió un mano a mano Luis Miguel Dominguín con Andrés Hernando. Ambos cortaron orejas.


 A la salida se preparó un atasco en la carretera de la Granja, el primer atasco que vi en mi vida. España empezaba a motorizarse. En el Salón montaban los caballitos y el tren de la bruja. La tómbola no podía faltar. A mi padre le tocaron una ristra de cazuelas y tres botellas de vino de Valdepeñas. Volvió para casa el hombre tan contento y nunca me toca un pijo, ya era hora de que la suerte no me diese la espalda. El vino para las comidas. Dio cuenta de aquel caldo en tres semanas porque era muy moderado y frugal, un castellano de temple que sabía beber.


A la  señora Teo le tocó una muñeca chochona y su hija la Vitar que era una niña muy resabiada y con coletas la sacaba a pasear a la tarde en un carricoche. Dice papá y mamá, ¿sabes? Y pide el pis. ¡Qué moderna!


 Pero todo el afán de los chicos de mi pandilla era observar qué es lo que tenía aquella mona entre las piernas – la curiosidad es aliada del morbo sexual- y le bajábamos las bragas pero la muñequita linda no tenía nada, no era más que un amasijo de tronco, brazos y piernas de plexiglás.


 La hija de la señora Teo se plantaba a llorar… guarros, sois unos sinvergüenzas, y unos cochinos.


-Chavales, si os cojo…


 Salía el padre, que era un alférez de la remonta con el cinto de caballería y nosotros duro correr; ibamos a escondernos entre las peñas de la cantera del tío Enrique el que llevaba en la boina un cuervo amaestrado que sabía hablar. Había aprendido a decir fascistas cabrones y Franco hijoputo. El tío Enrique era un poco rojo y no nos podía ver a los de la colonia militar de Valdevilla.


 Tiempo adelante comprendí por qué todas aquellas casitas blancas que tenían a la entrada un edículo con una imagen veneranda de la Virgen Santa Bárbara patrona de los artilleros fueron dinamitadas y destruidas, arrasadas para que no quedase memoria. Habían vuelto a mandar los hijos del tío Enrique el cantero, uno llegó a ser alcalde de Segovia y en el alma de los vencidos quedaría un poso inagotable de rencor revanchista contra los vencedores.


 Subíamos a los caballitos, tirabamos al tiro pichón y veíamos a los forzudos del barrio de santa Eulalia medir sus fuerzas sacudiendo el balón picudo del dinamómetro, con su marcador de cristal… tantos kilos o tantos gramos/fuerza.


Un cabo primero de la Base Mixta, que era pequeñín, pero recio como él solo, muy trabado de hombros, asturiano, de uno de sus contundentes ganchos, hizo trizas la máquina y allí fueron ellas.


El dueño del manubrio que era italiano se lió a dar voces reclamando daños y prejuicios y una indemnización.


- Porca la mía madona… tu spezzare tu pagare. El que rompe paga, pero el cabo primero puso orejas de mercader.


 Caguen mi manto esti aparato ye mu poco para esti asturiano que levanta con el meñique un carro de combate.


 Con que reclamaciones al maestro armero. El italiano no paraba de dar voces y el militronche se escaqueó haciéndole la higa al pobre vendedor ambulante que al año siguiente se presenté en ferias habiendo montado en el real un chiringuito de cervezas y gaseosas. Aquellos días eran muy especiales.


 El personal no paraba en casa. Bajaba a las procesiones o iba a presenciar las carreras de sacos. Con el pino del mayo en el barrio del Cristo había competiciones de estirón un juego al que los ingleses llaman tug of war- consistente en estirar dos conjuntos de muchachos una viga o una maroma y el que desplace a su oponente ese gana.


En los jardines de Villangela tenían lugar los primeros bailes al aire libre de la temporada. Allí fumé yo mi primer Mataquintos.


- Chupa, chupa que se apaga. Si viene tu padre te tragas el humo por los hocicos


 Y allí escuchábamos boquiabiertos los cuentos que nos contaba un tal Crispi que se sabía muchos de jaimito y de ánimas.


Pues había una vez  Zamarramala-nos dijo- una familia que eran muy pobres, tan pobres que uno de sus chicos el Clodoaldo murió de fame. Total que los de su cuadrilla, dichas las misas y las mandas, acordaron, teniendo ellos mismos mucha gazuza, gastarle una treta a los pobres deudos de Clodo y todas las noches se subían al tejado y llamaban por la chimenea a la madre que se llamaba Basílica, como si fueran las Ánima.  Con voz lastimera imitando la voz del Acacio que paz descanse.


-Madre… madre…


-hijo, hijo, pero eres tú… y ¿donde estás?… ¿en el cielo… en el cielo, hijo?…


- síiiii, y qué tal estás…


- bien, lo que pasa es que aquí con san Pedro pasamos mucha hambre…


-pero ¡cómo pues! creía yo que allá arriba se estaba mucho bien sin fatigas ni azares viviendo en un canto perenne como dice el señor cura…


- sí madre, sí, pero no se puede cantar con la barriga vacía, y yo me digo que si usted nos echa algo de compango en este caldero que le tiro ahora mismo… un poco de matanza… unos choricillos, lo que le pete, cualquier cosa nos vendría bien…


- pues claro, hijo ¡qué ha de hacer! Ahora mismo.


 La tía Basilisa colmó el caldero de chicharrones, algo de mondongo y una hogaza de pan recién horneada, y también un pote con calducho.


 Los del tejado izaron tales providencias con tanta celeridad que la vieja, que trasteaba por el cocedero quedó pasmada al escuchar aquella voz invisible que le hablaba de lo alto de la claraboya pensando si no fuese aquella prisa cosa de duendes.


 La visita y la llamada lúgubre- tas tas quien es soy vuestro hijo Clodo, un alma en pena, que os viene a visitar-  se repitieron otras muchas noches.


Los de la cuadrilla del difunto comieron y bebieron a escote varias semanas gracias a las mañas de Tiburcio el hijo del pastor Melares que estaba de borreguero con el hijo del señor alcalde, el autor de la artimaña, hasta que un día la tía Basilisa quiso saber más


-… hijo, hijo, te oímos bien pero no te hemos visto la cara todavía, no sabemos como te sienta el Paraíso si estas gordo o flaco, blanco o moreno, nos gustaría verte aunque sólo fuera por el bujero de la chimenea… -si madre, si, ahora mismo.


Tiburciete que era muy vivo se quitó los pantalones y se sentó de culo en el brocal de la chimenea. La vieja junto a las trébedes del cocedero casi se desmaya al ver la cara del difunto:


-hijo, hijo qué cara tan hinchada y que ojo tan profundo.





Pues la cara hinchada y el ojo tan profundo, ojo del culo, ojo del cíclope es un poco el que nos mira a los segovianos cuando volviendo la vista atrás rememoramos aquellas fiestas de san Pedro, san Pablo y san Pablín, el día del bien, el del alboroque cuando había que rezar por los fallecidos entreaño.


Lo han traído los hijos del tío Enrique que subió de los infiernos con el cuervo parlanchín en el hombro poniéndonos a muchos de hideputas pa arriba. Son la ferias y fiestas del desquite.


- No os pueden ver.


-¿Y eso?


 -Como te lo digo.


- Pues vaya. Que habremos hecho.


- Ser hijos de militares.


- ¿Y eso es un crimen? Si serás capullo…


 Publiqué una novela recordando aquellos tiempos y se la regalé a mis compañeros de terna.


Ninguno, salvo uno. Que por cierto me compró el libro  me llamó para agradecérmelo o decirme qué les parecía mi seminario vacío que se ha publicado en ruso y al parecer es una novela importante, la novela de Segovia.


 Al director del Adelantado tampoco le debo mucho. Me hicieron un reportaje pero no nunca lo editaron. Comprendo ahora perfectamente los cagamentos contra nosotros del cuervo del tío Enrique.


Creo que los que ganaron la guerra fueron demasiado lenibles con los vencidos. Debieran haber fusilado al cantero y echar a la sartén a un pájaro tan procaz y deslenguado como el cuervo parlero.


 Pero eran muy ladinos, se la sabían todas, siempre con el que manda, estos buenos de Segovia que ni la burra ni la novia son falsos que la mula de Judas, más falsos que aquellos machos mohínos que exponían en el ferial de la dehesa del Rey Potente los menestrales de mi tío Secundino el de Cozuelos; cuando llegó el caudillo dejaron de cerrar el puño, saludaban con el brazo en alto y volvieron a cerrarlo sólo para aferrar dineros llegada que fue la tan traída y tan llevada democracia, y ahora que demócratas ya semos vais a saber lo que es bueno, chiquitos. Mano al cajón. Arramblaron con todos los dineros Nadie es profeta en su tierra.


 Demasiado afán de venganza. Uy que carrillos tan hinchados, uy que ojo tan profundo. Ojo de Ra. Ojo del culo hinchado y oscuro como el que se sentó en la chimenea, promulgó un pedo dejando a oscuras a los del cocedero.


 Id preparando el clistel. A este país hay que ponerle un correctivo, una lavativa, dios quiera que no sea de sangre. Aquellas lejanas ferias de san pedro y san juan vuelven a mí con nostalgia y me acuerdo de los caballitos, del tiro al plato, de las carreras de sacos, de las dianas floreadas, de los gigantes y cabezudos, de Agapito Marazuela que tocaba la gaita en el arzobejo y del Tío Tocino el tamborilero menudeando palillos cobre la caja. Ahora va la arrebolada, tú…. Tariri tirri titi…. Taritototititota.


 De las trallas de los muleros de Medina del Campo me acuerdo y me acuerdo también de aquella churrera bonita vendiendo porras y churros en el Salón a la que nos quedábamos mirando con ojos de besugos los de mi cuadrilla, tenía unos senos enormes de matrona valenciana algo de bigote por el bozo y el culo bajo, señor, señor ¡qué prietas debían de ser aquellas nalgas! Se nos ponían los ojos como platos al despertar del primer amor.


 Todavía ibamos de pantalón corto y la guaja era un bombón que les volvía locos a los militares que paseaban por la Canaleja en traje de gala y guantes blancos. ¿Qué habrá sido de ti, churrerita de amor? El polvo del olvido ha reducido tu rostro a silencio y lo que aquí quedara es esta cara tan hinchada y ese ojo tan profundo.


El odio y la revancha forman ahora un tandem pedorro.

EUROPE BURNS DIAS DE FUEGO

Se frotan las manos las maripavas. Ya tienen tema. Arde Doñana, se queman los patos, lloraba una avutarda, un lince apareció achicharrado en una charrasca en la mañana. Fuego. Ogoñiek. Una palabra rusa que trae malos barruntos. Si uno lee a los rusos se cotejarán precedentes nefastos porque el fuego precede a la revolución. En 1917 hace cien años la estepa rusa ardía por los cuatros costados. No quedó ni roso ni velloso de aquellas retamas que describía Turguenev melancólico y en la novela Sacha Yegulev de Andreiev el protagonista es un pirómano. Aquel año crucificaron al zar.
Parece que la historia se repite pero aquí los tertulianos testiculares una patada en los huevos de los que se dicen demócratas y fueron criados a los pechos del franquismo (el Coletas y el nieto del coronel Castejón hay que echarlos de comer aparte)  con su incontinencia verbal ya tienen tema del que hablar y lucirse ante las pequeñas pantallas porque han regresado las maripavas, las anarosas y anacondas. En el plasma celular mantean a la mujer hinchable, la cacereña, a la que sientan en una silla a tomar el fresco mientras cae la cuchilla de la guillotinas en todo su fragor la bestia tiene en España cara de coño roto que nunca hace el amor pero estas siempre nos joden y hay una que o se me despinta sentada toda tiesa en la silla de la mesa presidencial que se huele sus pedos perfumados y esa chica a la que sacaron de una casa cuna de la calle la Ballesta es la moderadora. Buenos estamos. Entre amigas y ballestas y ballesteros. Si parece una hormiguita pero anda, anda... 
Me llama el Romo y dice que soy un poco apocalíptico. Este personaje al que conozco ya hace mucho más años de los que quisiera es un grano florido en el ojo del culo.
A todos el fuego les devora. Y contra lo que explaye el Romo hoy me siento un tanto profeta aunque no en mi tierra naturalmente